Este cosmopolita y delicioso paseo gráfico de un kilómetro muestra entre luces y sombras cinco baluartes de la arquitectura religiosa de la ciudad que ayudan a entender la esencia leonesa 

 

La ruta sugerida es comenzar el viaje de oro, incienso y mirra por el Arco de la Calzada, símbolo de identidad de esta ciudad industrial. Caminar por la calle Madero nos llevará a descubrir una interpretación contemporánea de lo neogótico en el Templo Expiatorio. Muy cerca, el Templo del Divino Redentor, conocido como ‘El Mezquitito’, espera con un aire oriental antes de llegar a la joya suprema: la Catedral Basílica, donde reposan santos momificados y reina irisada la Virgen de la Luz. Escuchar con auriculares conectados al smartphone un pasacalle de Cabanilles mientras se admira el misterioso Templo de María Inmaculada es una opción. Y para concluir, la experiencia única de contemplar la cúpula del barroco Templo de Nuestra Señora de los Ángeles.

 Para disfrutar el reportaje gráfico del artista visual Carlos de las Piedras se sugiere escuchar el ‘Ave María’ de Schubert que acompaña el texto

La mayoría de estas joyas ‘ocultas’ a la vista del paseante fueron construidas en el esplendor leonés de mediados del siglo XIX, antes de que la gran inundación se tragara casas, personas y el título de ser la segunda ciudad más importante de México. Pero nunca el orgullo de que el ‘Trabajo todo lo vence’. Y esperan siempre para ser admiradas.