Florian Langellier apela a las alegorías del inconsciente para develarnos, como estrellas fugaces en mitad de la noche, signos que inducen a preguntarnos sobre el motivo de nuestra existencia.
Langellier (Francia) ensueña con la contemplación de lo oculto, retrata y relata momentos donde la percepción se agiganta ante la inmensidad de la naturaleza con fondo oscuro, lo simbólico de los abismos.
“Estas fotografías cuestionan nuestro vínculo íntimo y secreto con el origen, la vacuidad y el propio silencio. Son un puente hacia una realidad interior donde el lenguaje y la realidad objetiva pierden su atributo definitivo e inalterable en la frontera del sueño y la alucinación”, describe Langellier sobre su obra.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la música etérea de la Camerata Mediolanense y los poesía sagrada de Paul Verlaine.
Canción de Otoño
Los largos sollozos
de los violines
del otońo
hieren mi corazón
de una languidez
monótona.
Del todo sofocado y,
pálido, cuando
la hora suena,
me acuerdo
de pasados días
y lloro;
y me voy
con el viento malo,
que me lleva
aquí, allá,
semejante a una
hoja muerta.
Paul Verlaine









