El carismático primer ministro de Canadá parece estar quedándose sólo ante el escándalo de corrupción donde se le involucra.

La popularidad de Justin Trudeau va en picada tras revelarse que ha protegido y buscado el perdón para la empresa constructora SNC-Lavalin,  promotora del pago de sobornos al dictador libio Muamar Gadafi. Dos funcionarios de su gabinete han renunciado por vergüenza.

La trama de los sobornos salió a luz el pasado 8 de febrero luego que el influyente diario Globe and Mail, hizo publicó que Trudeau presionó a la entonces ministra de Justicia, Jody Wilson-Raybould para hacer una investigación judicial ‘a modo’, por el presunto soborno de 48 millones de dólares a una serie de intermediarios en Libia y al propio Gadafi entre 2001 y 2011 por parte de SNC-Lavalin, empresa patrocinadora de Trudeau y el Partido Liberal.

Jane Philpott, ministra de Hacienda, es la segunda funcionaria que renuncia luego de la ministra de Justicia, Jody Wilson-Raybould quien  denunció ante legisladores las presiones de Trudeau

SNC-Lavalin tiene como base de sus operaciones la provincia de Quebec, donde Trudeau ha concentrado todas sus energías para una eventual reelección en ocho meses. El caso le ha estallado luego de las declaraciones de Wilson-Raybould ante el congreso canadiense, donde la ex ministra de Justicia acusó abiertamente a Trudeau.

El golpe más serio ha sido la dimisión de Jane Philpott, quien en una dura misiva le reprocha a Trudeau que “ha perdido la confianza en cómo el Gobierno ha afrontado este asunto”.

Las comparecencias de diversos actores políticos e involucrados en la trama continuarán esta semana ante los legisladores canadienses. Con la economía ralentizándose y este escándalo en puerta la popularidad de Trudeau se hunde lentamente.