Jorge Torres Sáenz entiende la música como una forma de vida. Para el compositor mexicano creador de ‘Lucretius Tragicus’, obra que recorre Europa en la gira de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), la música es una especie de excitación visual.

La relación del sonido y los sentidos es una exploración permanente que Torres ejercita para crear, para descifrar cómo impacta esta aproximación de los sentidos y la excitación visual, pues el estilo y la técnica son elementos secundarios.

“Me interesa cómo  nos afecta, cómo es que ese juego de fuerzas, ese conjunto de fuerzas, ese dinamismo transforma nuestra relación con el mundo (…). Pueden ser miles de técnicas, solo son herramientas, solo son caminos para transformar algo, me importa eso, la transformación a través del sonido”.

La creación tiene que ver con la cotidianidad, con la experiencia del día a día, con la experiencia de estar pensando y viviendo en términos musicales

Para el compositor la inspiración es un término vago que podría interpretarse como la expresión coloquial mexicana de cuando ‘te cae el veinte’ de algo, pues al llegar de forma intempestiva es necesario superar los obstáculos que enfrenta el transformar la materia sonora.

‘Lucretius Tragicus’ es una obra que, según explica Torres, explora la posible efectuación correlativa de la reflexión, el afecto y la memoria en los límites de la representación estética. Pero, ¿qué implica ser contemporáneo?

“Retomando esa discusión me parece que el problema de ser contemporáneo es que hay que estar de alguna manera adherido al tiempo vivido y al mismo tiempo separado, tomar distancia, si uno solo vive en la época que le tocó sin tomar distancia, no es contemporáneo. Lo interesante es saber qué implica para nosotros la lectura del pasado. Ver los autores que nos apasionan del pasado y volverlos contemporáneos, ese es un reto de cualquier pensador y desde luego de cualquier artista”.

‘Lucretius Tragicus’ está basada en la personalidad de Lucrecio, uno de los catalogados como ‘filósofos malditos’, cuyo pensamiento es clave para la libertad

El compositor mexicano Jorge Torres Sáenz.
El compositor mexicano Jorge Torres Sáenz.

Es una figura clave en el camino de pensar la libertad. Lucrecio escribió en el siglo 1 a.C. a propósito de la muerte del alma y del cuerpo, diciendo: no hay nada después de la muerte (…) el alma es materia como el cuerpo, estos terrores a los que la religión nos empuja deben ser desterrados de nuestra vida. El espanto no está ahí, el espanto está frente a la radicalidad de la muerte por un lado y a la fuerza del azar, a la condición del azar como aquello que rige todo cuanto hay”.

A partir de esta reflexión, Jorge Torres considera que se encuentra una respuesta a lo qué implica ser contemporáneo, pues al leer a los grandes pensadores nos hace ser más contemporáneos al tener una distancia, por un lado, de nuestro propio tiempo, y una distancia crítica con aquello que pasa.

Egresado del Conservatorio Superior de Música de París, maestro en estudios de Arte y doctor en Filosofía, Jorge Torres es además teórico de arte

“Los artistas contemporáneos tenemos la idea de lanzar luz sobre el presente, pero en realidad para un artista estéticamente es un poco lo contrario; es decir, nosotros buscamos de alguna manera ese haz de tiniebla que nos da de frente, ese haz de tiniebla y de oscuridad que es aquello que todavía no alcanza a llegar al presente pero es parte del presente y que nosotros tenemos que intuir, tenemos que, de alguna manera, propiciar ese acontecimiento intempestivo que es lo contemporáneo (…) (Releer el pasado y tener una visión crítica del presente) en mi caso, desde luego es estética, es la música la que de alguna manera se pone en ese lugar y nos permite hacer escuchar, como diría el filósofo Gilles Deleuze: ‘hacer audible fuerzas que no lo han sido’.

La música contemporánea, una nueva visión de México

Jorge Torres revela que no es la primera ocasión en la que trabaja con esta orquesta y su director titular, pero ahora se ha dado un momento específico para mostrar al mundo el avance la música contemporánea en nuestro país.

Roberto Beltrán Zavala ha tenido una visión muy audaz al seleccionar obras de compositores mexicanos contemporáneos durante la gira de la OSUG por Europa

“Creo que el momento era muy propicio para trabajar con la orquesta que está en este momento tan singular, de tanta plenitud y poner una obra en manos de un director de ese calibre, de ese talento. Tener la oportunidad de tener una obra contemporánea que está cargada de esa vibra, de esa oscuridad y esa tiniebla y que haga presencia  y se aprecie que, en  todo caso, hay otro México, muchos, el mío es uno de tantos… “.

Trabajar en una orquesta de esta manera no es lo común sobre todo con una obra como ‘Lucretius Tragicus’, es una obra arriesgada, fuerte, una obra oscura en el sentido de su búsqueda, (…) requiere un gran compromiso y han tenido compromiso vital desde el primer ensayo, eso desde luego es un privilegio enorme, la calidad de estos músicos, la calidad de su Director, las condiciones en que esto se presenta”.

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